Guías Clínicas
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Guías tam izaje, d iagn óstico y tratam ien to de l hepa toca rcinoma - Sociedad Chilena de Gastroenterología
mizaje de CHC, principalmente des-gamma-carboxiprotrombina
(DCP), AFP-L3, glipican-3 (GPC3),
pero ninguno tiene suficiente evidencia como para ser
usado en forma rutinaria en la práctica clínica.
Recientemente, ha habido numerosas investigaciones
con nuevos biomarcadores, tales como la
osteopontina (OPN), la proteína Golgi-73 (GP73) y
los microRNAs circulantes, pero aún se encuentran en
etapas preliminares de investigación. Probablemente
en el futuro el uso combinado de biomarcadores sea
lo más efectivo en el tamizaje de CHC44,45.
Recomendaciones
1. Se recomienda el tamizaje de CHC en todos los pacientes
con cirrosis de cualquier etiología. La ECO
permite el diagnóstico de CHC en etapas más tempranas
y con mayores opciones de terapias curativas.
Nivel de evidencia: Baja
Nivel de recomendación: Fuerte
2. Se recomienda realizar el tamizaje cada 6 meses. El
tamizaje a intervalos menores no ofrece beneficios adicionales
y el tamizaje a intervalos mayores disminuye
la probabilidad de detectar el tumor en etapas precoces.
Nivel de evidencia: Moderada
Nivel de recomendación: Fuerte
1.2 Diagnóstico imagenológico del
hepatocarcinoma
Giancarlo Schiappacasse
En pacientes con cirrosis y sospecha de CHC,
las imágenes constituyen el método diagnóstico de
elección, no siendo necesaria la biopsia para su confirmación46,47,
la cual presenta una tasa global de complicaciones
de un 29%, de las cuales un 90% son complicaciones
menores como el dolor y la hipotensión
transitoria. Dentro de las complicaciones mayores se
encuentran el hemoperitoneo, hemorragia intrahepática,
hemotórax, fístulas arterio-venosas, siembra en
trayecto de la aguja, entre otras47. Por lo anterior, un
adecuado conocimiento de la anatomía hepática y la
disposición espacial de sus segmentos es fundamental
para todos los especialistas involucrados en el manejo
de los pacientes con CHC (Figura 1).
La sensibilidad y especificidad de la ECO en el
diagnóstico y estadiaje de CHC conocidos antes del
TH varían entre un 58-89% y un 75-94% respectivamente48.
Un metaanálisis que evaluó la ECO como
modalidad de imagen en programas de vigilancia,
demostró una sensibilidad promedio de 63% en
CHC en estadio temprano (< 2-3 cm). Un análisis de
metarregresión demostró, además, una sensibilidad
significativamente mayor para CHC en estadio temprano
con ECO cada 6 meses vs 1 año (p = 0,0001)35.
La sensibilidad en la detección de CHC y/o nódulos
displásicos por ECO varía también dependiendo del
estadio de la enfermedad. Así, la sensibilidad diagnóstica
por lesión, varía entre un 42-51%49 y por paciente
entre un 45-67%50.
Pocos estudios han evaluado el nivel de sensibilidad
de la ECO de acuerdo al tamaño de la lesión; un
estudio reportó que la sensibilidad sería de un 37%
en CHC de menos de 1 cm, en tanto que esta aumentaría
hasta un 92% en aquellas mayores de 1 cm51.
En población asiática, debido a la mayor prevalencia
de cirrosis por VHB, la sensibilidad es menor (33%
en pacientes con CHC menores a 2 cm y de 38% en
aquellos mayores a 2 cm)52.
El uso de ECO con contraste mejora la detección
de CHC en estadio temprano, siendo su sensibilidad
y especificidad equivalentes a la de la tomografía
computada (TC) con contraste (sensibilidad 74,8%
vs 73,6%; especificidad 90,5% vs 92,1% respectivamente)
53. Al comparar ECO sin contraste con TC
multicorte y resonancia magnética (RM), un estudio
demostró que esta última modalidad con fase
hepatobiliar resultó tener una mejor sensibilidad,
especificidad y exactitud en la detección de CHC
(85%, 90% y 94% respectivamente). En aquellos
nódulos menores a 1 cm, la RM con fase hepatobiliar
representó también la mejor modalidad con sensibi-
Figura 1. Representación
de los
segmentos hepáticos
y su disposición
espacial (A). Forma
útil para recordar la
localización de los
segmentos hepáticos
de Couinaud (B).
Gastroenterol. latinoam 2019; Vol 30, Nº 2: 64-106