Artículo de Revisión
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Osteopo rosis . Parte II: en enfe rmedades hep áticas y de l tubo diges tivo - J. C. Weitz V. et al.
Ludvigsson y cols. de 200748, lo que es corroborado
por Olmos y cols.49 y, recientemente, por el trabajo de
Heikkilä K y cols.50.
La prevalencia de osteopenia y OP en pacientes
celíacos es variable según los distintos estudios con
cifras de 11 a 47% de OP y de 43-54% de osteopenia;
la variación depende del momento del estudio, edad,
género, etc.51-53.
Así como en otras enfermedades digestivas, las
causas de la alteración del metabolismo óseo en EC
se consideran multifactoriales. La malabsorción principalmente
de calcio (en menor grado de vitamina D),
sumado a la baja ingesta de lácteos por intolerancia a
lactosa secundaria a EC, induce un hiperparatoroidismo
secundario por la hipocalcemia, con la consecuente
pérdida neta de masa ósea y elevado turnover óseo.
La inflamación crónica intestinal provoca elevación de
los niveles de factores proinflamatorios como las citoquinas
IL-1, IL-6, IL-17, IL-21 así como TNF-alpha
e interferón-γ, aumentado la reabsorción ósea por
osteoclastos. A su vez, se ha detectado disminución de
citoquinas inhibitorias de osteoclastos como IL-18 e
IL-12. Además, existe una relación significativamente
alta del sistema RANKL/OPG, lo que lleva a una
mayor reabsorción ósea54-56.
Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
Desde hace mucho tiempo se describe el compromiso
óseo en las EII y se calcula una frecuencia
promedio de osteopenia de 22% en hombres y 59%
en mujeres. La prevalencia de OP es muy variable,
dependiendo del trabajo consultado, dando un amplio
espectro de 13 a 50% en EII general, siendo más
importante en enfermedad de Crohn que en colitis
ulcerosa. El riesgo de fractura en pacientes con EII
es mayor que los controles y en especial en los pacientes
con enfermedad de Crohn57,58. Sin embargo,
Serrano-Montalbán y cols., al analizar la literatura al
respecto, concluyen que la evidencia actual muestra
un modesto aumento del riesgo de fracturas a 10 años
de evolución en pacientes con EII, que no requiere
mayor intervención específica59.
La fisiopatología de la OP en EII es multifactorial
al igual que en la mayoría de las patologías digestivas,
así también están involucrados factores generales
como edad, género, malabsorción, desnutrición, bajo
índice de masa corporal, inactividad física, hipogonadismo,
déficit de vitaminas D, K y calcio, etc.
Pero en ellos, más que en otras afecciones, destaca
el uso de corticoides como factor que desencadena la
osteopatía60. A la vez, en estas patologías crónicas el
rol de la inflamación es fundamental y, por ello, se ha
detectado el aumento de citoquinas proinflamatorias
(TNF-alpha, IL-1, IL-6, IL-7 y IL-17) que producen
una activación del sistema osteoprotegerina/RANKL/
RANK, promoviendo la reabsorción ósea58,61.
Se ha descrito recientemente en pacientes con EII
el aumento de dos adipoquinas: quemerina y vesfatina.
Ambas ligadas a la modulación de la osteogenesis
y adipogénsis, factores que se vendrían a sumar a la
patogenia de la OP en EII62.
III. Misceláneo
Pancreatitis crónica (PC)
La prevalencia de osteoporosis y osteopenia en
pacientes con PC se calcula según un metaanálisis
reciente de 11 trabajos seleccionados en 23,4 y 39,8%,
respectivamente63. Si bien estas cifras son promedio,
se debe considerar que a mayor gravedad de la enfermedad
existe más compromiso óseo. Por otra parte, no
existe diferencia del compromiso óseo según etiología,
ya sea PC alcohólica o por otras causas64.
La etiología sería multifactorial, incluyendo el déficit
de vitamina D, aumento del turnover óseo, abuso
del alcohol e inflamación sistémica. El factor más
estudiado es el déficit de vitamina D, un metaanálisis
reciente muestra que si bien la PC presenta cifras
importantes de deficiencia, los niveles observados en
pacientes con PC no difieren de los controles65.
Inhibidores de bombas de protones (IBP)
Los IBP son fármacos muy utilizados mundialmente,
especialmente en pacientes que padecen patologías
digestivas crónicas. Recientemente se les ha atribuido
posibles efectos en el metabolismo óseo, llevando a
una mayor incidencia de fracturas por OP.
Tanto el metaanálisis de Yu y cols.66, como el de
Ngamruengphong y cols.67, concluyen que los IBP aumentan
levemente el riesgo de fracturas de cadera, columna
vertebral y de cualquier otro sitio. Pero advierten
que no se puede descartar el factor de confusión
y los resultados deben interpretarse con precaución.
Ye y cols., en una revisión sistemática y metaanálisis,
concluyen que los IBP podrían tener riesgo potencial
para fractura de cadera y que se requieren más estudios
para tener resultados concluyentes68.
El rol del pH gástrico en la absorción de calcio es
controversial, por ello O’Connell y cols. estudiaron
el rol de los IBP en la absorción de calcio en mujeres
mayores, concluyendo que el omeprazol disminuyó
significativamente su absorción (específicamente
carbonato de calcio) cuando fue ingerido después
de ayuno nocturno y con el estómago vacío. Sin
embargo, se requieren estudios para determinar si el
organismo podría adaptarse a esta disminución de la
tasa de absorción de calcio69.
Estudios experimentales como el de Matszewska
y cols. concluyen que en ratas, los IBP podrían tener
un efecto negativo en la formación ósea debido a su
efecto en la bomba de protones del estómago, con
probable disminución de la absorción de calcio70.
Gastroenterol. latinoam 2017; Vol 28, Nº 3: 170-176