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Clasificaciones en Gastroenterología 183 Clasificaci one s para eva luaci ón de Esófag o de Barrett - P. Calderón D. et al. Figura 1. Clasificación de Praga (adaptado de S harma P, et al.18). Figura 2. Esófago de Barrett plano evaluado con luz blanca con tope a los 29 cm y circunferencia a los 33  cm. UGE a los 36 cm. Praga C3M7. dad de la inserción del endoscopio desde el compromiso circunferencial del epitelio columnar, menos la profundidad del endoscopio en la UGE. M: Se calcula en centímetros midiendo la profundidad del endoscopio desde la máxima extensión del epitelio columnar menos la profundidad de inserción del endoscopio en la UGE. Las islas aisladas de mucosa columnar no se incluyeron en la clasificación de Praga y deberán consignarse por separado en el informe de la endoscopia. b) Clasificación de París La presencia y localización de lesiones visibles debe ser registrada según la clasificación de París20 con el objetivo de mejorar el reconocimiento de lesiones durante el tratamiento endoscópico (Figuras 3 y 4). En el 2002 un grupo internacional de endoscopistas, cirujanos y anatomopatólogos, se reunió en París para explorar la relevancia de la clásica clasificación endoscópica japonesa de las lesiones neoplásicas superficiales del tubo digestivo. En Japón la descripción del cáncer avanzado en la mucosa del tubo digestivo, usa 4 tipos suplementado por un tipo 0 cuando la apariencia endoscópica es de una lesión superficial. Se define superficial cuando la profundidad de la lesión llega a la mucosa y submucosa. La tipo 0 es dividida en tres categorías: protruída (0-I), plana (0-II), y excavada (0-III). Las lesiones tipo 0-II se dividen en: superficial elevada (0-IIa), plana (0-IIb), o superficial deprimida (0-IIc). Las protruídas se dividen en 0-Ip cuando son polipoideas y 0-Is cuando son sésiles. Todas las lesiones visibles en el EB deben describirse utilizando la clasificación de París, ya que el “estadio endoscópico” puede ayudar a tomar decisiones en relación al tratamiento endoscópico versus cirugía. Su rol primario es predecir el riesgo de invasión submucosa y, por lo tanto, el riesgo asociado de metástasis ganglionares. Para una lesión tipo 0-I el diámetro es un criterio predictivo confiable, ya que el riesgo de invasión de la submucosa aumenta con este. Por otro lado, en las lesiones tipo 0-II el subtipo morfológico tiene la mayor importancia, siendo más frecuente la invasión de la submucosa en las lesiones deprimidas (0-IIc). La descripción adecuada de lesiones visibles de la mucosa es tan relevante hoy, que los algoritmos de manejo del EB en la guía ACG 2016 se fundamentan en identificar si la mucosa del EB es plana o si presenta una nodularidad endoscópicamente visible, ya que si esta última está presente se recomienda una resección mucosa endoscópica para tratar y etapificar adecuadamente ésta lesión1. c) Clasificación de Criterios BING La técnica de cromoendoscopia virtual mediante NBI® ha sido la más extensamente estudiada en el diagnóstico y evaluación del EB8,9. El NBI® filtra la Gastroenterol. latinoam 2016; Vol 27, Nº 3: 181-186


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