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Patología Hepática S 74 la lista de trasplante -y con asignación de puntajes extra- ha generado bastante debate, pues nuevamente nos enfrentamos a la escasez de órganos. Así, para ser efectivos y obtener beneficios reales debemos ser especialmente expertos en la selección de pacientes con CHC que se beneficiarán con un trasplante. En otras palabras, no trasplantar a pacientes en un estadío tumoral muy temprano, susceptible de otros tipos de tratamiento ni tampoco a pacientes con tumores muy avanzados o con muy elevadas posibilidades de recurrencia13. Respecto a este tema, los criterios de Milán14 y posteriormente otras experiencias menos restrictivas, como los criterios UCSF15, y otros han basado la indicación de trasplante en el número y tamaño de los nódulos. Nuevos criterios, muchos provenientes de oriente, han propuesto el concepto de “volumen tumoral total”, y otros aspectos tales como el valor absoluto de alfa-feto proteína, características histológicas del tumor (micro invasión vascular y otros)16, con la idea de optimizar la selección de pacientes que debieran trasplantarse, o no, en el contexto de un CHC. Frente a la interrogante de si expandir las indicaciones de TH en CHC, debemos considerar todos estos aspectos teniendo en cuenta que pueden lograrse beneficios para pacientes seleccionados, pero también que debiéramos exigirnos resultados en términos de sobrevida alejada (el resultado más importante en términos del beneficio de cualquier tratamiento en cualquier cáncer) comparables a los trasplantes realizados por causas distintas a CHC. Probablemente, lo más correcto sea establecer que la decisión sea caso a caso, considerando las realidades de cada centro y de cada país, al mismo tiempo que se optimicen las estrategias antes mencionadas para expandir el pool de donantes. Desaf íos actua les en tra splante hep átic o - J. F. Guerra C. ¿Es posible mejorar la calidad de los órganos que procuramos actualmente y así conseguir mejores resultados? Desde los inicios del desarrollo de la trasplantología, uno de los puntos críticos ha sido la preservación de órganos. Múltiples esfuerzos clínicos y de investigación se han destinado con el afán de, primero, preservar y, actualmente, “optimizar” la calidad de los órganos procurados. Actualmente, estamos viviendo un cambio de paradigma que va desde el almacenamiento estático en hielo clásico hacia técnicas de preservación dinámicas, lo que globalmente recibe el nombre de “machine perfusion” y que en términos generales reúne todo lo que pueda realizarse ex vivo después del procuramiento, con la intención de mejorar la calidad del injerto y que además permita, por ejemplo, analizar la función del injerto inmediatamente antes del implante17. Este concepto y su aplicación clínica son una realidad absoluta en el trasplante renal en países desarrollados (se utiliza prácticamente de regla en todos los injertos “ECD”, “DCD”, cuando se anticipan tiempos de isquemia prolongados y en algunos centros su utilización llega a 100% de los donantes cadavéricos)18. Su aplicación en injertos hepáticos ha demorado un poco más, pero los resultados con preservación hipotérmica primero19. (incluso posibilitando la utilización de órganos descartados para trasplante) y, recientemente, con perfusión normotérmica son muy promisorios20. Este nuevo campo de la medicina de trasplantes permite nuevos focos de investigación y aplicaciones clínicas concretas que sin dudas nos exponen a nuevas tecnologías y procesos que nos permitirán obtener mejores injertos y, consecuentemente, mejores resultados. Referencias 1.- Neuberger J. An update on liver transplantation: a critical review. J Autoimmun 2016; 66: 51-9. 2.- Volk ML. Maximizing the benefit of liver transplantation: implications for organ allocation and clinical practice. Transplant Rev 2016; 30: 1-2. 3.- Pezzati D, Ghinolfi D, De Simone P, Balzano E, Filipponi F. Strategies to optimize the use of marginal donors in liver transplantation. World J Hepatol 2015; 7: 2636-47. 4.- Gabrielli M, Moisan F, Vidal M, Duarte I, Jiménez M, Izquierdo G, et al. Steatotic livers. Can we use them in OLTX? Outcome data from a propective baseline liver biopsy study. Ann Hepatol 2012; 11: 891-8. 5.- Cao Y, Shahrestani S, Chew HC, Crawford M, MacDonald PS, Laurence J, et al. Donation after circualtory death for liver transplantation: a meta-analysis on the location of life support withdrawal affecting outcomes. Transplantation 2016; 100: 1513-24. 6.- Lauterio A, Di Sandro S, Concone G, De Carlis R, Giacomini A, De Carlis L. Current status and perspectives in split liver transplantation. World J Gastroenterol 2015; 21: 11003-15. 7.- Quintini C, Hashimoto K, Diago T, Miller C. Is there an advantage of living over deceased donation in liver transplantation? Transpl Int 2013; 26: 11-9. 8.- Lee SG, Moon DB, Hwang S, Ahn CS, Kim KH, Song DW et al. Liver transplantation in Korea: past, present and future. Transplant Proc 2015; 47: 705-8. 9.- Chen CL, Kabiling C, Concejero A. Why does living donor liver transplantation flourish in Asia? Nat Rev Gastroenterol Hepatol 2013; 10: 746-51. 10.- Lee SG. 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