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Gastro-1-2017

Artículo de Revisión 19 mismo año, la prevalencia en la población mayor de 50 años en algunos países de Europa fue: Reino Unido: 21,7% mujeres y 6,7% hombres; Suecia: 22,3 mujeres y 6,8% hombres; España: 22,6 mujeres y 6,8% hombres; Portugal 21,9% mujeres y 6,6% hombres; Italia 23,4% mujeres y 6,9% hombres; y en Alemania, 22,6% mujeres y 6,5% hombres11. Los datos de Latinoamérica respecto de osteopenia y osteoporosis son escasos, sólo en Méjico y Argentina se han efectuado estudios poblacionales. En Argentina los datos indican que una de cada cuatro mujeres > 50 años es normal, dos padecen osteopenia y una OP. En Méjico los hombres tienen OP en 6 y 9% en fémur y región lumbar, respectivamente; y las mujeres 16 y 17% en cada segmento estudiado12. En un estudio reciente realizado en mujeres de Buenos Aires, se determinó que 18,7% padecía de OP en fémur o columna lumbar13. La tasa de fractura de cadera en Latinoamérica, en mayores de 50 años, varía de 53 a 443 por 100.000 habitantes en mujeres, y en hombres es de 27 a 135 por 100.000 habitantes12. Existen escasos datos epidemiológicos de OP en Chile. En 1987, un estudio efectuado en mujeres de 50 años o más, mostró una prevalencia en el fémur proximal de 46 y 22% para osteopenia y OP, respectivamente. En un trabajo del año 2002 se estudiaron 95 mujeres mapuche postmenopáusicas, revelando que 83,2% sufría de osteopenia u OP en la cadera o en la columna vertebral, y solo 16,8% tenía valores de densidad mineral ósea (DMO) normal. Los datos de la Fundación Chilena de Osteoporosis (FUNDOP) revelaron en 2009 que, de 40.000 mujeres de más de 50 años, 52% tenía osteopenia y 8% OP, evaluado con ultrasonido del calcáneo14,15. La carga global de la OP en los sistemas de salud, la economía y sociedad es muy grande y está en aumento. Según International Osteoporosis Foundation, 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura por OP. En Latinoamérica la OP y las fracturas relacionadas están en aumento debido al envejecimiento de la población y los cambios en el estilo de vida. La gravedad de este fenómeno tiene directa relación con la mortalidad durante el primer año post-fractura y el riesgo aumentado de muerte persiste durante los siguientes 5 años16. Fisiopatología OP Existe un “peak” de masa ósea en el curso de la vida, momento que no se ha determinado con certeza, pero que probablemente ocurre en la tercera década en la mayoría de las personas. Además, existen algunos factores que generan variaciones en esto, ya sean genéticos, hormonales, étnicos (mayor en afroamericanos, menor en asiáticos americanos) y factores ambientales17. La resorción ósea está a cargo de los osteoclastos, que son células originadas de células madres hematopoyéticas, muy relacionadas con monocitos y macrófagos. Varias hormonas y citoquinas inflamatorias modulan la actividad de estas células. La formación ósea está a cargo de los osteoblastos, células derivadas de células madres mesenquimáticas. La tasa de la formación de hueso está determinada por la velocidad y efectividad de los precursores de las células diferenciadoras de osteoblastos, que está relacionada con la Vit D y PTH, como mencionamos anteriormente. Sin embargo, la formación de hueso puede estar suprimida por el uso exógeno de glucocorticoides o estar disminuida en pacientes de mayor edad. Los osteocitos constituyen más de 90% de las células del hueso y derivan de osteoblastos atrapados en lagunas de matriz ósea durante la formación ósea. Tienen similitud con células neurales y sus largas dendritas les otorgan la capacidad de censar estrés mecánico en el hueso2. Se ha relacionado la OP con procesos tisulares, celulares y moleculares que participan en la producción de la enfermedad. La OP se clasifica en Primaria (Tipo I: postmenopáusica; Tipo II: senil) y Secundaria (relacionada con alguna patología). La OP Primaria se relaciona con un aumento de la resorción osea, en donde la formación no alcanza a compensar la resorción. La Tipo I o postmenopáusica compromete fundamentalmente el hueso trabecular. Existe hipoestrogenismo, desequilibrio del metabolismo ósea a favor de la resorción, disminución de la PTH, menor hidroxilación de vitamina D e hipercalciuria10. La OP Secundaria se asocia a múltiples patologías: endocrinas (hipovitaminosis D, hipogonadismo, hipercortisolismo, hipertiroidismo, hiper/hipo paratiroidismo, diabetes mellitus, acromegalia, etc.), digestivas (malabsorción), hematológicas (mieloma múltiple, leucemias y linfomas), enfermedades del tejido conectivo (osteogénesis imperfecta, síndrome de Ehlers-Danlos, síndrome de Marfan), y asociadas a otras condiciones como inmovilización, artritis reumatoide, fármacos (glucocorticoides, heparina, anticonvulsivantes, entre otros), enfermedades renales (insuficiencia renal crónica, acidosis tubular renal), y enfermedades gastrointestinales y nutricionales18. Existen múltiples factores de riesgo de fracturas osteoporóticas, siendo los más destacados: antecedentes personales de fracturas, antecedentes de fracturas en familiares de primer grado, sexo femenino, edad avanzada, raza caucásica, demencia, consumo de tabaco, peso < 58 kg, déficit de estrógenos, bajo consumo de calcio, alcoholismo, caídas frecuentes, uso de glucocorticoides y sedentarismo3. Osteopo rosis . Parte I - Gene ralidades - M. Cabezón J. et al. Gastroenterol. latinoam 2017; Vol 28, Nº 1: 16-24


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