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Gastro-1-2017

Imágenes en Gastroenterología Una causa inf recuen te de es tómago retencional - J. Vega S. et al. Figura 2. Imágenes axiales de TC con contraste EV (A, B y C) donde se evidencia la presencia de fibrosis que compromete retroperitoneo (flechas). Presencia de mínima cantidad de líquido ascítico (*) más evidente en espacio perihepático derecho, tejido de densidad de partes blandas que infiltra la grasa del epiplón menor en relación a curvatura menor (cabezas de flechas en A), que engloba el tercio proximal del colon (Col) (cabezas de flecha en B) y engrosamiento y realce peritoneal con compromiso del techo vesical en región anterolateral derecha, fondo de saco de Douglas y fascia mesorrectal en región izquierda (cabezas de flecha en C). Cámara gástrica (E); duodeno (d); aorta (Ao); Vejiga urinaria (Vej); Cuello uterino (Cx); R ecto (R). Se encontró presencia de tejido de densidad de partes blandas con realce a nivel de retroperitoneo compatible con fibrosis retroperitoneal (FRP) (flechas grandes), que englobaban la aorta (Ao), vena cava inferior, vasos mesentéricos superiores y ambas venas renales (VR). Había dilatación pielocalicial bilateral (U) secundaria a compromiso de ambos uréteres, distensión marcada de la cámara gástrica (E) con afinamiento a nivel de la región distal de la 2º y 3º porción duodenal (d), donde se observaba la presencia de tejido de densidad de partes blandas que englobaba y reducía el calibre más evidente en esta última (flechas negras pequeñas en B y C). El colon transverso proximal (Col) presentaba paredes engrosadas. Existe aumento de tamaño de la cabeza del páncreas (P) en relación a la FRP y un colédoco (Vb) dilatado hacia próximal. Ascitis (*). Vena porta (VP). Se decidió no efectuar una biopsia del tejido retroperitoneal por el marcado enflaquecimiento, e iniciar corticoides (deflazacort 30 mg/día) y colchicina (0,5 mg c/12 h) como si se tratara de una FRP idiopática, ya que existía la posibilidad de una FRP secundaria a esclerosis sistémica o neoplásica. El estado general y los síntomas digestivos mejoraron salvo la aparición de diarrea, que obligó a reducir la dosis de colchicina a 0,5 mg/día. Cuatro meses después, una nueva TC mostró persistencia del tejido retroperitoneal, mayor dilatación de la vía urinaria, ascitis, engrosamiento del peritoneo pelviano, curvatura menor del estómago y de la pared del colon derecho (Figura 2). Se sospechó que la FRP era neoplásica. Se instalaron catéteres ureterales y se efectuó una colonoscopia que reveló un intestino normal hasta el ángulo hepático, no pudiendo franquearse más allá, por rigidez sugerente de compresión extrínseca y estenosis acentuada del lumen del colon ascendente. Se planeó efectuar laparoscopia para tomar biopsias del peritoneo pelviano por la sospecha de carcinomatosis peritoneal, dado que no había líquido ascítico para analizar. Sin embargo, por el enflaquecimiento marcado (pesaba 36 kg) se consideró de alto riesgo quirúrgico. Se instaló una sonda nasoduodenal y se alimentó durante 2 meses hasta alcanzar un peso de 44 kg, después de lo cual se efectuó el procedimiento. El peritoneo pelviano estaba cubierto por múltiples nódulos pequeños que al cirujano le parecieron propios de una tuberculosis peritoneal. La biopsia del tejido mostró células neoplásicas dispuestas en “fila india” (Figura 3) con características típicas de metástasis de un CLM con receptores hormonales (+). La inmunohistoquímica para E-caderina fue (-) y mamaglobina (+). Se propuso quimioterapia, pero ella no lo aceptó. Los catéteres ureterales se cambiaron a los seis meses de instalados los primeros, sin complicaciones. Transcurridos 16 meses del diagnóstico de FRP, la paciente persiste muy delgada, utiliza 36 Gastroenterol. latinoam 2017; Vol 28, Nº 1: 35-38


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