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Gastro-1-2017

Artículo Original 13 mala y buena calidad del sueño, 16% de los pacientes con “mala calidad del sueño” en CU eran fumadores activos, mientras que ningún paciente del grupo con “buena calidad del sueño” eran fumadores activos (p: 0,047) (Tabla 5). No se observaron diferencias significativas en la calidad del sueño con respecto a años de enfermedad, manifestaciones extraintestinales, enfermedades crónicas asociadas, hospitalizaciones o cirugías (Tabla 4). La pregunta 9 del ICSP (calidad subjetiva del sueño) fue analizada de forma independiente. La calidad subjetiva del sueño fue calificada como “muy buena o bastante buena” en 62%, 53% y 74% de los pacientes con EII, SII y CS, respectivamente, mientras que 38%, 47% y 26% de los pacientes con EII, SII y CS, respectivamente, calificaron su calidad del sueño como “muy mala o bastante mala”, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p: 0,021). En el grupo de SII, 67, 54, y 84% de los pacientes con predominio de constipación, diarrea y patrón mixto calificaron para “mala calidad del sueño”, respectivamente. Sin embargo, sólo se encontraron diferencias significativas en los pacientes con patrón mixto (p: 0,05) (Tabla 2). Discusión Nuestro estudio es uno de los pocos que evalúa la calidad del sueño en tres grupos diferentes, utilizando un cuestionario validado ICSP11,26. A diferencia de los otros dos estudios, nosotros incluimos una muestra de mayor tamaño, pacientes activos e inactivos y analizamos diferentes subtipos de SII. Sin embargo, otros evaluaron la calidad del sueño con polisomnografía26. En nuestro estudio, pacientes con EII, SII y CS calificaron para “mala calidad del sueño” en 67, 67 y 55%, respectivamente. A pesar de que más pacientes con EII y SII presentaron “mala calidad del sueño” en comparación con CS, esta diferencia no alcanzó significancia estadística (p: 0,069 y p: 0,076, respectivamente). Lamentablemente, nuestros resultados no pueden ser comparados directamente con otros estudios, ya que no se realizó el mismo análisis. Es importante tener en cuenta que el ICSP informa un puntaje. De acuerdo con esto, no se compararon promedios como en otros estudios y se utilizaron pruebas no paramétricas para comparar. Probablemente la razón por la cual nuestros resultados no alcanzaron significancia estadística se debe al tamaño muestral, a pesar de que éste es mayor al de otros estudios11,26. En nuestro estudio se encontraron diferencias entre la calidad subjetiva del sueño y los resultados globales del ICSP. Creemos que esto podría estar dado por el bajo punto de corte del cuestionario (> 5) cuando la puntuación total es de 21. Esto significa que pacientes que califican para “mala calidad del sueño” presentan un amplio rango de puntuación (6-21), lo que podría disminuir la exactitud del ICSP. En cuanto a la calidad subjetiva del sueño específicamente, nuestros resultados son completamente opuestos a lo descrito por Ranjbaran y cols11, donde menos de 10% de los pacientes con EII y SII calificaron la percepción subjetiva del sueño como “muy bueno” mientras 60% de los CS lo calificaron como “muy bueno” (p: 0,0001). Esta diferencia podría explicarse porque nosotros no evaluamos la presencia de depresión y ansiedad. La Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 estableció que la prevalencia de síntomas depresivos fue de 17,2% en personas mayores de 15 años, alcanzando hasta 25,7% en las mujeres27. En relación al uso de medicamentos para dormir, nuestros resultados fueron similares a lo descrito por Ranjbaran y cols11, donde el uso de medicamentos para dormir en pacientes con EII y SII fue significativamente mayor que el grupo control (p: 0,005 y p: 0,009, respectivamente). Así como en otros estudios, no se observaron diferencias en las características clínicas o demográficas (a excepción de actividad de la enfermedad y el consumo de tabaco en pacientes con CU) en relación con la calidad del sueño7,21. La actividad de la enfermedad parece ser el factor más importante en relación con la calidad del sueño, donde 80% de los pacientes activos presentan “mala calidad del sueño”. Sin embargo, un número importante de pacientes en remisión (60%) también califica para “mala calidad del sueño”. Desde otro punto de vista, al analizar los pacientes que califican para “buena calidad del sueño”, la gran mayoría (78%) están en remisión. Estos datos son similares a lo señalado por Ali y cols7, donde resultados anormales del ICSP estuvieron presente en todos los pacientes activos y en 72% de los inactivos (p: 0,007). Del mismo modo, Graff y cols23, observaron que aproximadamente 50% de los pacientes activos presentaban dificultades para dormir. Además, Ali y cols8, evaluaron la actividad histológica y la correlacionaron con la calidad del sueño, encontrando que todos los pacientes con actividad histológica tenían un ICSP anormal. Al analizar la calidad del sueño y la actividad de la enfermedad según diagnóstico, sólo se encontraron resultados significativos en CU. Nuestros resultados son similares a los reportados por Ali y cols8, quienes también observaron una correlación significativa entre la actividad de la enfermedad y la puntuación del ICSP en CU, pero no en EC. Sin embargo, otros han señalado lo contrario, donde trastornos del sueño fueron más frecuentes en EC que CU11. Del mismo modo, otros estudios que evaluaron la calidad del sueño en EC también observaron puntajes del ICSP significativamente más altos en pacientes activos21,24. Calidad del sue ño en pacien tes con EII - D. Fluxá C. et al. Gastroenterol. latinoam 2017; Vol 28, Nº 1: 9-15


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