Page 3

n4-2013

Guías Clínicas 205 GUÍA WGO: PROTECCIÓN CONTRA LA RADIACIÓN EN LA SALA DE ENDOSCOPIA - L. Uradomo et al. año. El límite de dosis recomendado por la Comisión Internacional para la Protección Radiológica (Inter-national Commission on Radiological Protection: ICRP) y adoptada por la mayoría de los países es 20 mSv/año. Para situaciones en las que el límite de dosis anual supere los 20 mSv, se recomienda no superar una dosis de 50 mSv en ningún año en particular o 100 mSv en el curso de 5 años. Este límite de dosis se basa en el cálculo del riesgo de radiación en el curso de toda una vida de trabajo desde los 18 a los 65 años (47 años) a una tasa de 20 mSv por año, alcanzando 20 × 47 = 940 mSv (aproximadamente 1 Sv), lo que da un exceso de riesgo de cáncer de uno en 1.000 por encima de la incidencia natural de cáncer. 4. Protección contra la radiación para personal y pacientes Los gastroenterólogos tal vez pregunten si es po-sible trabajar durante toda su carrera profesional con radiación sin sufrir ningún efecto. La respuesta es que sí, es posible-en condiciones optimizadas, siempre que: • Se examine el equipo periódicamente para confir-mar que esté funcionando correctamente. • Se utilicen los dispositivos de protección personal (delantal con una equivalencia adecuada de plomo de 0,25-0,35 mm y del tipo envolvente, protector de tiroides, protector ocular, o protecciones para la cara/cabeza y región de miembros inferiores). Según los datos recientes, actualmente se reconoce que la protección de los ojos contra la formación de cataratas es más importante que lo que se pen-saba anteriormente. • Se utilicen dispositivos de control de personal para estimar la exposición rádica. • Se utilice una técnica apropiada, tal como se dis-cute a continuación. Mientras que las manos pueden tolerar más ra-diación (500 mSv por año como límite de dosis), se considera mejor práctica mantener las manos fuera del haz de radiación primario, en vez de usar guantes de plomo. Hay situaciones en las que la protección del pa-ciente puede plantear un desafío considerable. Hasta hace tan sólo unos 10 años, los programas de pro-tección contra radiación estaban fundamentalmente determinados por las preocupaciones de índole de protección al personal. La mayoría de los países han adoptado un sistema que obliga a controlar la dosifi-cación rádica del personal que trabaja con radiación y mantener registros de las dosis de toda la vida del personal. Se pensaba que la protección a los pacientes era menos importante, bajo el supuesto erróneo de que los pacientes son sometidos a exámenes con radiación ionizante sólo unas pocas veces durante el curso de sus vidas. Siempre se pensaba que el concepto de limitación de dosis no se aplicaba a los pacientes, ya que era importante no limitar los beneficios médicos asociados al uso de la radiación. Sin embargo, se han documentado casos de injuria rádica, particularmente en la piel de los pacientes, entre los individuos someti-dos a procedimientos intervencionistas en cardiología y radiología que requirieron períodos de fluoroscopia prolongados (1 hora o más), o en aquellos que fueron sometidos a procedimientos repetidos en un mismo sitio. La protección de los pacientes está cobrando ahora una mayor importancia, ya que se ha reconocido la posibilidad de que los pacientes estén expuestos a una radiación mucho mayor; un paciente durante unas pocas tomografías computadas (TC) puede llegar a recibir más radiación que un miembro del personal durante el curso de toda su vida. El énfasis inicial sobre la protección del personal efectivamente mejoró su seguridad. Los datos pre-sentados por el United Nations Scientific Committee on the Effects of Atomic Radiation: (UNSCEAR) (la Comisión Científica de Naciones Unidas sobre los efectos de la Radiación Atómica) muestran que la do-sis de radiación eficaz promedio que reciben los suje-tos que trabajan con radiación ionizante en la práctica médica habitualmente es inferior a 2 mSv por año1. Esto es más bajo que lo que la gente recibe de fuentes de radiación naturales, conocidas como radiación de fondo (por ejemplo de la radiación cósmica, radones, radiación proveniente de materiales de construcción, el planeta, los alimentos). La radiación de fondo depende de una serie de factores, fundamentalmente vinculados al lugar de residencia. La dosis promedio global es 2,4 mSv por año, pero puede llegar hasta 10 mSv por año en unos pocos lugares del planeta donde se sabe que hay grandes depósitos de sustancias radiactivas, y dependiendo del nivel local de radón. La dosis de radiación que recibe el paciente de-pende de una serie de factores, incluyendo los abajo enumerados. Factores relacionados con el paciente • Masa corporal o espesor de la parte del cuerpo que se expone al haz de rayos-X. Los pacientes en los que se coloca una parte del cuerpo que ofrezca un mayor espesor dentro del haz requieren dosis más altas, que permitan obtener imágenes de buena calidad. • Jóvenes. Los tejidos en pacientes pediátricos (in-cluyendo tiroides, gónadas y mamas) son mucho más susceptibles a los efectos nocivos de la radia-ción que los de los adultos. • La enfermedad del paciente y las indicaciones del procedimiento. Los diagnósticos complejos y Gastroenterol. latinoam 2013; Vol 24, Nº 4: 203-209


n4-2013
To see the actual publication please follow the link above