Milla S.1,2, Parra-Blanco A.1,3, Ortiz J.1,4, Rodríguez-Peláez M.1, García-Varona A.5,6, Fernández-Velázquez R.1, Zaballa-Martín P.1, Palacio MA.1, Sanz L.7, Rodrigo L.1.
1Departamento de Gastroenterología. Hospital Universitario Central de Asturias, España; 2Fundación Hospital de Jove, Gijón, España; 3Departamento de Gastroenterología, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile; 4Centro de Enfermedades Digestivas, Universidad de Nottingham, Reino Unido; 5Departamento de Gastroenterología, Anatomía Patológica, Hospital Universitario Central de Asturias, España; 6Departamento de Anatomía Patológica, Hospital de Ponferrada, España; 7Departamento de Cirugía, Hospital Universitario Central de Asturias, España.
Introducción: La neoplasia precoz sobre Esófago de Barrett (EB) es un diagnóstico infrecuente en nuestro medio, lo cual podría estar relacionado con un seguimiento inadecuado. Objetivo: Conocer el cumplimiento del seguimiento en EB, y el posible impacto de una estrategia para mejorarlo. Material y Métodos: En 2008 se implementó en nuestro centro (Hospital Universitario Central de Asturias) una estrategia para facilitar la detección, seguimiento, y tratamiento de pacientes con neoplasia precoz en EB (incluyendo educación, organización, y difusión). Se reclutó pacientes con EB conocido (diagnóstico 1991-2008), y casos nuevos (2008-2010). Se ofreció seguimiento según recomendaciones internacionales. Se incluyeron variables relacionadas con diagnóstico y seguimiento. Resultados: Se incluyeron 232 pacientes (edad 52,4 ± 12,3, hombres 79%, diagnóstico antes de 2008 en 54%). El seguimiento fue de 609 años-paciente (media 43 meses ± 49,6 días), con 2,8 ± 2,7 endoscopias por paciente. Comparando inclusión antes o después de 2008, se midió el EB en 52% vs 88% (p < 0,001), se aplicó Clasificación de Praga en 12% vs 72%, y se biopsió según protocolo en 5% vs 26% (p < 0,001). Hubo displasia en 41 pacientes en 1991-2008, frente a 23 después (p < 0,01), y el seguimiento fue adecuado en general sólo en la segunda fase. Se trataron endoscópicamente con radiofrecuencia 13 pacientes (en 2 mucosectomía asociada). No hubo tratamientos endoscópicos antes de 2008. Conclusiones: La introducción de una estrategia ad hoc de vigilancia en EB permite: seguir los pacientes de forma más eficiente (aunque aún mejorable), detectar más pacientes con displasia, y aplicar tratamiento endoscópico.