PDF | https://doi.org/10.46613/congastro2023-141
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Scricciolo A1, Gilberti G1, BASCUÑÁN K2, Araya M3, Elli L1, Doneda L4, Lombardo V1, Costantino A1, Tontini G1, Caprioli F5, Vecchi M6, Roncoroni L1
1Fondazione IRCCS Ca’ Granda Ospedale Maggiore Policlinico, 20122 Milan, Italy; Center for Prevention and Diagnosis of Celiac Disease; Gastroenterology and Endoscopy Unit, Milán, Italia
2UNIVERSIDAD DE CHILE, Santiago, Chile
3INTA, Santiago, Chile
4Department of Biomedical, Surgical and Dental Sciences, University of Milan, Milan, Italy, Milán, Italia
5Dipartimento di Fisiopatologia Medico-Chirurgica e dei Trapianti dell’Università degli Studi di Milano, Milán, Italia
6Direttore della Scuola di Specializzazione in Malattie dell’Apparato Digerente – Università degli Studi di Milano, Milán, Italia
Introducción. La colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (ECr) son condiciones inflamatorias crónicas, de tratamiento complejo y que presentan variaciones en la respuesta clínica. Como coadyuvante, la dieta habitualmente se modifica e impone restricciones considerables, pero hasta ahora no hay recomendaciones específicas.
Objetivo. Evaluar las opciones dietarias que actualmente aplican los pacientes con UC y ECr, los alimentos que más eligen y los que más evitados.
Métodos. Estudio prospectivo de pacientes UC y ECr, mayores de 18 años, ambos géneros. El Mayo Score y Harvey-Bradshaw Index (HBI) definieron el grado de actividad de la UC y ECr, respectivamente. Se evaluó el estado nutricional por antropometría y un cuestionario ad-hoc registró los hábitos dietarios y alimentos consumidos. El análisis se realizó utilizando estadística descriptiva y test de ANOVA.
Resultados. El Mayo score y HBI revelaron que 67.4 y 80.9 de los pacientes estaban en remisión. El estado nutricional fue normal en todos, sin diferencias entre grupos, aunque el peso promedio fue mayor en ECr. Las dietas más utilizadas son la dieta sin lactosa: 21.3% (UC), 17.4% (ECr) y 11.6% (controles) y la dieta libre de gluten (DLG): 23.4% (UC), 13.4% ECr y 9.3% (controles). La dieta baja en FODMAP es prácticamente desconocida. El consumo de fibra es bajo y el de panes y pastas es alto, sin diferencia entre grupos.
Discusión. El grupo evaluado mostró bajos indicadores de actividad de su enfermedad, estado nutricional normal y restricciones dietarias que modifican la cantidad y calidad en el consumo de alimentos y pueden deteriorar la calidad de vida. La dieta sin lactosa y la DLG son las más conocidas y utilizadas mientras que la baja en FODMAP no se ha incorporado a las herramientas utilizadas por estos pacientes. El consumo controlado de ciertos tipos de fibra debiera promoverse en estos pacientes.