Gastroenterol. latinoam 2015; Vol 26, Nº : S 21-S 24
Autores:
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Pablo Cortés G.
Perforation in endoscopy. What to do, what not to do?
Iatrogenic perforation during endoscopy is associated to significant morbidity and
mortality, and presents a high incidence due to the increasing number of endoscopic
procedures and the frequency of complex therapeutic procedures. Evidence available
to decide which is the best strategy to manage patients with iatroenic perforation
is scarce, mainly due to ta rare occurrence of this complication. The European
Society of Gastroenterology (ESGE) published their “Position Statement on Diagnosis
and management of iatrogenic endoscopic perforations” including recommendations for
developing a strategy for the prevention and management of iatrogenic perforations
in the gastrointestinal tract. Among the multiple recommendations, the following
have shown a reduction in the morbi-mortality rate: implementing a written protocol
on the management of these complications; including information on their location,
and initial endoscopic management; carrying out a CT if signs or symptoms are
present; attempting endoscopic closure, depending on the type of perforation, its
size and endoscopic expertise; change to CO2 insufflation; derivation of
luminal contents and decompression of pneumoperitoneum or pneumothorax; and finally,
considering additional management based on successful closure of the perforation and
on the patient’s clinical condition, as well as early surgical resolution if no
endoscopic closure is performed or if the procedure fails in patients with poor
clinical condition.
La perforación iatrogénica durante los procedimientos endoscópicos se asocia a
significativa morbilidad y mortalidad y presenta una incidencia creciente por el
alto número exploraciones endoscópicas y la realización cada vez más frecuente de
procedimientos terapéuticos complejos. La evidencia disponible para decidir cuál es
la mejor estrategia para manejar a los pacientes con una perforación iatrogénica es
escasa, principalmente debido a lo inhabitual de esta complicación. La Sociedad
Europea de Endoscopia Gastrointestinal (ESGE) publicó su “Declaración de Posición de
Diagnóstico y Manejo de Perforaciones Endoscópicas Iatrogénicas” en la que formula
diversas recomendaciones para desarrollar una estrategia de prevención y manejo de
perforaciones iatrogénicas del tubo digestivo. Dentro de las principales
recomendaciones, las siguientes han demostrado una reducción en la morbimortalidad:
implementar un protocolo escrito sobre el manejo de estas complicaciones; incluir en
el informe datos sobre su tamaño, localización y manejo endoscópico inicial; la
realización de una tomografia computada ante síntomas o signos sugerentes; intentar
el cierre endoscópico, dependiendo del tipo de perforación, su tamaño y la
experiencia endoscópica disponible; el cambio a insuflación con CO2; la
derivación del contenido luminal y la descompresión del neumoperitoneo o neumotórax
a tensión; y finalmente, basar el manejo adicional en el éxito estimado del cierre y
en la condición clínica del paciente, considerando la resolución quirúrgica precoz
en caso de no realizar un cierre endoscópico o falla de éste y/o en pacientes con
deterioro clínico.