Lucía Valenzuela-Pérez1, Carolina Olea G.1,2, Josefina Galimany A.1,2, Guillermo Rodríguez G.1,2, Alfredo Villarroel G.1,2, Caroll Beltrán M.1,3 y Ana María Madrid S.3
Recibido: 27-05-2022
Aceptado: 20-10-2022
©2022 El(los) Autor(es) – Esta publicación es Órgano oficial de la Sociedad de Anestesiología de Chile
Gastroenterol. latinoam. Vol. 33 Núm. 2 pp. 77-81|https://doi.org/10.46613/gastrolat2022002-02
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Abstract
Irritable Bowel Syndrome (IBS) is a more frequent disorder in the brain-gut axis interaction in the world. COVID-19 has affected the population’s mental health, and its impact on clinical severity in patients with IBS is unknown. To evaluate the effect of psychosocial stress produced by the pandemic on the severity of gastrointestinal symptoms. 54 women and three men with IBS were interviewed by telephone. Factors associated with quality of life, comorbidities, IBS subtype, and COVID-19 diagnosis were asked. Calls were developed between June 2020 to January 2021. 75% had Diarrheal IBS (IBS-D), 67% had comorbidities, 47% with busy work, and 70% in person, five patients (9%) were diagnosed with COVID-19. Of the total, 88% referred to change in gastrointestinal symptoms, 56% increased abdominal pain, and 95% bloating. Abdominal pain was negatively associated with quality of life (p < 0.036), and the incomplete evacuation’s sensation positively with difficulty sleeping (p < 0.034). In this study, IBS patients interviewed by telephone reported higher abdominal pain and subjective bloating associated with the pandemic by SARS-CoV-2.
Resumen
El Síndrome de Intestino Irritable (SII) es uno de los trastornos en la interacción cerebro- intestino más frecuentes en el mundo. La pandemia COVID-19 ha afectado la salud mental de la población, siendo desconocido su impacto en la severidad clínica en pacientes con SII. Evaluar el efecto del estrés psicosocial producido por la pandemia en la severidad de síntomas gastrointestinales de pacientes con SII. 54 mujeres y 3 hombres con SII fueron entrevistados vía telefónica. Se preguntó por factores asociados a calidad de vida, comorbilidades, subtipo de SII y diagnóstico de COVID-19. Las llamadas se realizaron entre junio de 2020 hasta enero de 2021. Un 75% presentó SII Diarreico (SII-D), el 67% comorbilidades, el 47% con trabajo activo y 70% presencial, 5 pacientes (9%) diagnosticados COVID-19. Del total, 88% refirió cambio en síntomas gastrointestinales, 56% aumentó el dolor abdominal y 95% la distensión abdominal. El dolor abdominal se asoció negativamente con la calidad de vida (p < 0,036), y la sensación de evacuación incompleta positivamente con la dificultad para dormir (p < 0,034). En este estudio, los pacientes con SII entrevistados vía telefónica reportaron mayor dolor y distensión abdominal subjetiva asociado a la pandemia por SARS-CoV-2.
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Introducción
El Síndrome de Intestino Irritable (SII) es uno de los trastornos de la interacción cerebro-intestino más frecuentes en Chile y el mundo1, que provoca gran deterioro en la calidad de vida de los pacientes2, se asocia con altos índices de ausentismo laboral y genera un fuerte impacto económico en salud pública3,4. Su diagnóstico se realiza mediante criterios clínicos definidos por la fundación Roma IV, basados en la presencia de dolor abdominal recurrente asociado a alteraciones en la frecuencia o consistencia de las deposiciones5. Clínicamente es una enfermedad donde factores psicológicos, sociales y biológicos afectan el desarrollo de su sintomatología.
El síndrome respiratorio agudo severo causado por el coronavirus de tipo-2 (SARS-CoV-2), cuya enfermedad se denomina COVID-19, fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud en marzo de 2020. Esta enfermedad se presenta con un amplio rango de síntomas tales como fiebre, tos seca, y disnea6, de los cuales las manifestaciones respiratorias son las más frecuentes. Se ha descrito que el ingreso del SARS-CoV-2 ocurre por unión de la proteína viral Spike 1 (S1) a receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) del hospedero. Este receptor se ubica en la superficie de los epitelios, especialmente el respiratorio, pero también de diversos tejidos del hospedero, incluyendo el tracto gastrointestinal7,8. A nivel gastrointestinal este receptor se encuentra en las células epiteliales del esófago y en los enterocitos de intestino delgado, principalmente en yeyuno e íleon8,9. Dado lo anterior, el virus puede manifestarse con sintomatología gastrointestinal como diarrea, vómitos, náuseas y dolor abdominal9. Por lo tanto, sus efectos van más allá del sistema respiratorio, manifestándose síntomas clínicos diversos, relacionados con diferentes órganos, y afectando, a su vez, la salud mental de los individuos contagiados.
La pandemia por COVID-19 ha generado varios desafíos para las personas a nivel económico, social y emocional. La mayoría de los pacientes ha debido enfrentarse a situaciones de ansiedad, tristeza y miedo por la incertidumbre que genera una enfermedad desconocida y la posible partida de un ser querido10. A nivel local, cada país ha debido implementar medidas sanitarias restrictivas como distanciamiento social, cuarentenas prolongadas y estrictas con la finalidad de evitar la propagación del virus que, en conjunto, han repercutido seriamente en la salud mental de la población. Dado todo lo mencionado, decidimos contactar vía telefónica a nuestra cohorte de pacientes con diagnóstico de SII con el objetivo de indagar cómo el estrés psicosocial, producto del COVID-19, ha impactado en la presentación y severidad de sus síntomas gastrointestinales (GI) con la finalidad de favorecer una pesquisa oportuna de los síntomas que permita realizar un manejo integral del paciente y su enfermedad a corto y mediano plazo.
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Pacientes y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo transversal, en una cohorte de pacientes con diagnóstico de SII, atendidos en el Hospital Clínico Universidad de Chile (HCUCH), los que fueron contactados y entrevistados vía telefónica entre junio de 2020 y enero de 2021, previa aceptación verbal del consentimiento informado. La finalidad de este estudio fue conocer sobre el efecto de la pandemia y las restricciones que ella ha generado en la severidad de síntomas GI, y el grado de percepción de estrés psicosocial de estos pacientes. Además, se les consultó sobre la presencia de patologías concomitantes y variaciones de sus hábitos GI. Los pacientes evaluaron su calidad de vida en el momento de ser encuestados en una escala verbal numérica de 1 a 10 (1 = pésima calidad de vida; 10 = excelente calidad de vida). Se preguntó por presencia o ausencia de diagnóstico de COVID-19, desde el 1 de marzo de 2020 hasta la fecha de la entrevista. En los casos positivos se recolectó fecha de diagnóstico, método diagnóstico, forma de presentación (sintomática/asintomática), necesidad de hospitalización, posibilidad de aislamiento en el hogar y recomendaciones médicas recibidas.
Se utilizó test de Fisher o Mann Whitney y se consideró como diferencia significativa un p < 0,05. Para los análisis se utilizó GraphPad Prism8 y G Power.
La realización de la entrevista telefónica de los pacientes contó con aprobación del Comité de Ética Científico HCUCH (Acta de aprobación N° 58/2020). La participación de los pacientes fue voluntaria y anónima.
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Resultados
Se entrevistaron 57 pacientes con SII (54 mujeres y 3 hombres) con una edad mediana de 51 años (rango 19-85) (Tabla 1). La mayoría de ellos correspondía a fenotipo de SII Diarreico (SII-D), el 67% presentaba al menos una comorbilidad, el 47% reportó tener un trabajo activo y el 70% trabajo presencial durante el período de la pandemia. Cinco pacientes (9%) desarrollaron infección por SARS-CoV-2, cuatro de ellos sintomáticos y ninguno requirió hospitalización.
Durante la pandemia, el 88% de los pacientes refirió un cambio en su sintomatología GI de los cuales un 56% tuvo aumento del dolor abdominal y 95% presentó mayor distensión abdominal subjetiva. Un alto porcentaje presentó otros síntomas digestivos de tipo funcional, como epigastralgia urente (72%) (Tabla 2).
Tabla 1. Caracterización demográfica y clínica de los pacientes con SII incluidos en el estudio
Variable | n = 57 (%) |
Edad (mediana; rango) | 51 (19 – 85) |
Sexo | |
Femenino | 54 (95) |
Masculino | 3 (5) |
Fenotipo SII | |
Constipado | 5 (9) |
Diarreico | 43 (75) |
Mixto | 6 (11) |
Indeterminado | 3 (5) |
Comorbilidad | 38 (67) |
Hipertensión arterial | 13 (23) |
Diabetes Mellitus | 3 (5) |
Resistencia a la insulina | 7 (12) |
Fibromialgia | 5 (9) |
Hipotiroidismo | 5 (9) |
Depresión | 12 (21) |
Otra | 27 (47) |
Ocupación | |
Dueña de casa | 19 (33) |
Estudiante | 8 (14) |
Trabajo activo | 27 (47) |
Cesante | 3 (5) |
Tipo de trabajo durante pandemia | |
Presencial | 19 (70) |
Teletrabajo | 7 (26) |
Sin respuesta | 1 (4) |
Perdió su trabajo durante pandemia | 4 |
Tabla 2. Presencia de síntomas gastrointestinales durante el período de pandemia
n = 57 (%) | |
Cambios en su sistema digestivo | 50 (88) |
Dolor abdominal | |
Aumento dolor abdominal | 32 (56) |
N° días a la semana con dolor abdominal (mediana; rango) | 2 (0-7) |
EVA dolor abdominal al momento de la encuesta (mediana; | |
rango) | 5 (1-10) |
Distensión abdominal | |
Presencia de distensión abdominal durante pandemia | 54 (95) |
EVA distensión abdominal al momento de la encuesta | 6(1-10) |
Hábito intestinal | |
Cambio hábito intestinal durante pandemia | |
No | 13 (23) |
Aumentado | 22 (39) |
Disminuido | 20 (35) |
Sin respuesta | 2 (4) |
Sensación de evacuación incompleta | 41 (72) |
Grado satisfacción evacuación (1 muy satisfecha – | |
10 totalmente insatisfecha) | 5(1-10) |
Presencia de otros síntomas durante la pandemia | |
Náuseas | 18 (32) |
Vómitos | 11 (19) |
Pérdida de apetito | 17 (30) |
Acidez gástrica | 41 (72) |
Reflujo | 25 (44) |
Cefalea | 28 (49) |
Mareo | 8 (14) |
Calambres | 13 (23) |
El análisis univariado entre variables demográficas y clínicas y la calidad de vida en este período reportó significativamente una peor calidad de vida en pacientes con presencia de al menos una comorbi- lidad en comparación a pacientes sin comorbilidades (mediana 6 [RIC 7-9] vs. 8 [RIC 5-8], p = 0,003) (Figura 1). Además, al realizar el análisis entre síntomas gastrointestinales y la calidad de vida, se observó que los pacientes que presentaron dolor abdominal tuvieron significativamente peor calidad de vida que los que no refirieron dolor abdominal (mediana 6 [RIC 5-7,75] vs 8 [RIC 5-9,5]; p = 0,036). Por otro lado, no hubo diferencias de calidad de vida en pacientes con presencia o ausencia de distensión abdominal (mediana 7 [RIC 5-8] vs. 5 [RIC 5-10]). Sin embargo,
en términos generales, los pacientes entrevistaron manifestaron una buena calidad de vida (mediana de 7; rango 1-10, RIC 5-8) (Figura 1).
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Discusión
Nuestro estudio basado en entrevistas telefónicas a pacientes con SII tuvo como objetivo determinar el efecto del estrés psicosocial producido por la pandemia en la severidad de síntomas gastrointestinales. Se observó que un porcentaje importante de estos pacientes presentaron aumento del dolor y distensión abdominal subjetiva durante los primeros 6 meses de la pandemia, los que coincidieron con la implementación de cuarentenas obligatorias en nuestro país. Hubo sólo 5 casos de infección leve por SARS-CoV-2 (9%) y ningún caso de infección severa, concordante con la prevalencia del 9% reportada a nivel nacional en ese momento11.
Figura 1. Calidad de vida según variables sociodemográficas, clínicas y síntomas gastrointestinales de los pacientes con SII durante la pandemia COVID-19. SII: Síndrome Intestino Irritable; RIC: rango intercuartílico.
Los resultados de este estudio difieren del estudio realizado en una cohorte italiana12, donde no se observó aumento de los síntomas digestivos, probablemente por lo precoz de la realización las entrevistas y el poco tiempo en confinamiento de los pacientes. Nuestra cohorte incluyó pacientes con severidad de síntomas de SII de moderado a severo, lo que podría influir en el aumento de los síntomas digestivos reportados durante esta pandemia, en comparación con el estudio italiano, quienes sólo incluyeron 9 de 69 paciente con SII (13%), sin reportar la severidad del SII12.
Se evidenció una menor calidad de vida en aquellos pacientes en que el dolor abdominal aumentó durante la pandemia. Este hallazgo fue también observado en la cohorte italiana que presentó una asociación positiva entre la depresión y el dolor abdominal en su cohorte de pacientes12. Es importante destacar que de los 5 pacientes que reportaron haber sido infectados por SARS-CoV-2, ninguno tuvo un cuadro digestivo y no presentaron mayores síntomas GI que los pacientes que no se infectaron.
Por otra parte, estudios realizados en un contexto no pandémico han mostrado que a mayor comorbilidad, los pacientes con SII tienen mayor riesgo de tener mayores síntomas frente a situaciones estresan- tes13 por lo que la pandemia podría ser un detonante de los cambios observados en la cohorte chilena.
El impacto psicológico producido por el COVID-19 y las medidas de confinamiento estrictas implementadas han generado consecuencias socioeconómicas y emocionales como estrés, ansiedad, miedo y sensación de soledad, afecciones que podrían agravar patologías psiquiátricas de base u otras enfermedades crónicas ligadas a un modelo biopsicosocial14,15. Sin embargo, la mayoría de nuestros pacientes manifestaron una buena calidad de vida. No se observaron diferencias entre quienes trabajaron presencial o vía remota, pero durante la entrevista telefónica, muchos pacientes manifestaron que el estrés producido por las cuarentenas se asemeja al estrés de salir de la casa por el riesgo de contagiarse.
Estos resultados nos demuestran que es necesario eguir investigando, considerando un mayor número de pacientes, mediciones objetivas y validadas que nos permitan determinar los cambios en el estado de ánimo y ansiedad a fin de confirmar qué factores estresantes de la vida cotidiana empeoran los síntomas de pacientes con SII y más aún cuando son situaciones
prolongadas en el tiempo como lo ha sido la pandemia del COVID-19.
Finalmente podemos decir que, en esta cohorte de pacientes encuestados con SII, la pandemia por COVID-19 produjo un aumento de la severidad de síntomas gastrointestinales.
Financiamiento: Proyecto FONDECYT 1181699 (CB).
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Referencias
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