PDF | DOI: 10.46613/congastro2024-082
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Alonso Andrés Sáez Bizama1, Jaime Poniachik Teller1, Carlos Padilla Gómez1, Daniela Simian Marín1, Juan Medel Fernández1, Alvaro Urzúa Manchego1, Juan Roblero Cum1, Gabriel Méndez2, María Gómez2
1Hospital Clínico Universidad de Chile, 2Universidad de Chile.
Introducción: Los aminoglucósidos son un grupo de antibióticos de amplio espectro, que tienen acción especialmente contra bacterias gramnegativas. Se asocia a nefrotoxicidad en el 10-20% de los casos, cifra que aumenta en pacientes con cirrosis hepática. La amikacina se utiliza frecuentemente en sepsis, existiendo poca información sobre el riesgo de nefrotoxicidad en cirrosis. Objetivo: Determinar la asociación entre el uso de amikacina y el deterioro de la función renal en pacientes con cirrosis hepática y sepsis. Métodos: Estudio retrospectivo, observacional, analítico en pacientes con cirrosis hepática de cualquier etiología, que requirieron hospitalización por sepsis entre 2017 y 2023, y que recibieron terapia antibiótica. Se utilizó como marcador de deterioro de la función renal un aumento de la creatinina sérica ≥ 0,3 mg/dl en los primeros 7 días de hospitalización. Se compararon variables clínicas, insuficiencia renal y mortalidad entre pacientes que recibieron amikacina y aquellos que no la recibieron. Para el análisis de datos se utilizó Stata 13.0 con una significancia estadística de 0.05. Resultados: En este estudio se incluyeron 228 pacientes, mediana de edad 65 años (54-70), 100 (44%) mujeres, 70 recibieron amikacina (31%). El deterioro de la función renal se presentó en 25 (36%) pacientes con amikacina y 33 (21%) sin amikacina. En pacientes con creatinina sérica inicial > 2.0 mg/dl, y en aquellos con cirrosis Child-Pugh C, la probabilidad de desarrollar deterioro de la función renal fue mayor en aquellos que recibieron amikacina (OR 7.5; IC 95% 1.1 – 48.0, p= 0.031 y OR 2.51; IC 95% 1.06 – 5.97, p = 0.036, respectivamente). Se adjunta una tabla comparativa y un gráfico de los diferentes subgrupos. Conclusión: El uso de amikacina se asoció a deterioro de la función renal en pacientes con cirrosis hepática y sepsis, principalmente en cirrosis Child-Pugh C y con creatinina sérica inicial > 2,0 mg/dl.