PDF | DOI: 10.46613/congastro2024-062
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Christian Andrés Dauvergne Ogaz1, Cesar José Serrano
Sousa1, Pedro Errázuriz Gastellu2
1Hospital Padre Hurtado/ UDD, 2Hospital Padre Hurtado.
Introducción: La enfermedad tromboembólica (ETE), trombosis venosa
profunda (TVP) o tromboembolismo pulmonar (TEP), tiene una prevalencia en
pacientes hospitalizados de 5-15%. Se ha visto una relación entre las ETE y el
cáncer. Sin embargo, un 20% de los cánceres debutan con ETE y la detección de
éste aumenta en un 5% durante los 12 meses posteriores al episodio de ETE no
provocada. La pesquisa activa como screening de neoplasia oculta desencadenante
de ETE no ha podido demostrar efectividad. Se han intentado generar scores de
predicción de riesgo, como el RIETE o SOME, sin embargo, tampoco han podido
lograr rendimientos adecuados que justifiquen las indicaciones rutinarias de
screening. Las guías internacionales hasta ahora recomiendan evitar un estudio
muy exhaustivo, y limitarse a examen físico, test de sangre oculta en
deposiciones, radiografía de tórax y evaluación urológica o ginecológica según
sexo. Completando mayor estudio según se encuentre otras evidencias de cáncer
oculto. Objetivo: Establecer la relación de hallazgos endoscópicos atribuibles
como etiología primaria de enfermedad tromboembólica y determinando la necesidad
de estudios endoscópicos de rutina en estos pacientes, comparando los resultados
con la literatura actual. Materiales y Método: Estudio retrospectivo,
descriptivo, desarrollado en pacientes sometidos a procedimientos endoscópicos
en el hospital Padre Hurtado entre 01 de enero del 2023 y el 31 de agosto del
2024; que incluyen endoscopias digestivas altas y colonoscopias, durante ese
periodo. Criterios de Inclusión: Pacientes con enfermedad tromboembólica sin
etiología conocida, que se sometieron a endoscopia digestiva alta y/o
colonoscopia en el Hospital padre Hurtado en el periodo señalado como estrategia
de screening de cáncer. Criterios de exclusión: Pacientes con Endoscopia
digestiva alta frustra por mala preparación o no tolerancia; pacientes con
colonoscopia incompleta y pacientes que al momento de la realización del examen
tengan identificado el factor etiológico de la enfermedad tromboembólica.
Resultados: Del total de procedimientos realizados, 69 pacientes contaban con
los criterios de inclusión correspondientes, en dichos pacientes se realizaron
61 endoscopias digestivas altas, 31 colonoscopias (de las cuales, 4 fueron
incompletas y excluidas de los resultados finales). No se evidenciaron lesiones
tumorales evidentes en ninguno de los estudios realizados. Se realizaron
biopsias en 35 pacientes, resultando solo en un caso en un tumor neuroendocrino
bien diferenciado a nivel gástrico. Conclusión: La enfermedad tromboembólica
puede asociarse a una morbimortalidad significativa, para el clínico es
importante establecer una causa identificable y cuando no está clara se tiende a
sospechar de la existencia de un síndrome paráneoplasico. Es en este contexto
donde se plantea descartar un proceso neoplásico subyacente. Aunque el cáncer ha
sido claramente relacionado con el tromboembolismo venoso, muchos aspectos de
esta asociación no son tan bien conocidos. El uso rutinario de estudios
endoscópicos de screening pareciera no ser recomendable de forma rutinaria en
estos casos, los resultados obtenidos del presente trabajo parecen respaldar
esta afirmación y se correlacionan con los resultados de la literatura
internacional actual, incluyendo algunas guías internacionales que optan por la
no recomendación de estudios exhaustivos en estos casos y limitarse por la
sospecha clínica prevalente en estos pacientes.