PDF | DOI: 10.46613/congastro2024-015
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Ana María Madrid Silva1, Gerardo Puentes Leal2, Max Schmulson Wasserman2, Ignacio Hanna Jairala3, Luis Aguilar
Paiz4, Jorge Suazo Barahona4, José Maria Remes Troche4, Enrique
Coss4, Luis María Bustos Fernandez4, Laura Sole4, Marcos
Gudiño Zayas4
1Hospital Clínico U. de Chile, 2UNAM, 3Universida de Guayaquil, 4
Introducción: El SII-Roma IV tiene una prevalencia del 4,1% en
países de Latinoamérica (Schmulson y cols, Neurogastroenterol Motil. 2023), con
impacto negativo en la calidad de vida y altos costos a los sistemas de salud.
Aunque las guías de práctica clínica del SII son similares a nivel global,
existen diferencias que pueden influir en el diagnóstico, como la disponibilidad
y el acceso a determinadas pruebas diagnósticas, y la experiencia en el manejo
de este tipo de pacientes. Objetivo: Evaluar la heterogeneidad en la
investigación diagnóstica del SII entre gastroenterólogos expertos en
Latinoamérica. Materiales y Métodos: Encuesta por internet a 97
gastroenterólogos expertos en neurogastroenterología de 14 países de
Latinoamérica (82,5% práctica privada y 17,5% pública). Se incluyeron 110
preguntas, 23 relacionadas con el estudio diagnóstico. Se realizó un análisis
observacional descriptivo de exploración de datos de variables cualitativas.
Resultados: El 99% usa criterios diagnósticos para SII, el 98% usa con diferente
frecuencia los criterios de Roma IV. Cuando hay signos de alarma, el 100%
considera solicitar pruebas adicionales, las más frecuentes son hemograma,
sangre oculta en heces, y pruebas tiroideas (Tabla). El 40% solicita siempre o
casi siempre serología para enfermedad celíaca (EC), y una cuarta parte ordena
calprotectina fecal para descartar enfermedad inflamatoria intestinal. El 85%
siempre o casi siempre ordena colonoscopia en mayores de 50 años y más del 70%
ordena TAC abdominopélvica. Las pruebas de aliento para sobrecrecimiento
bacteriano del intestino delgado (SIBO) sólo las solicita el 20% siempre o casi
siempre. El 72% considera la manometría anorrectal en SII-E y el 96% en SII-E
con síntomas de trastorno evacuatorio. Por países, el 91% en Argentina y el 86%
en Chile siempre solicita serología para EC; el 71% en Chile siempre solicita
calprotectina fecal, mientras que en México estos requerimientos son mucho menos
frecuentes, el 14% siempre solicita calprotectina fecal y el 12% siempre
solicita serología para EC. Finalmente, 65% en Argentina, siempre o casi siempre
solicita pruebas de aliento para SIBO. Conclusiones: La mayoría de los
gastroenterólogos expertos en TIIC en Latinoamérica usa criterios de Roma IV
para el diagnóstico de SII. Los signos de alarma son la razón más frecuente para
solicitar pruebas diagnósticas con la finalidad de descartar otras patologías; y
siguiendo las guías internacionales, la mayoría ordena colonoscopia en mayores
de 50 años. Sin embargo, parece haber una indicación mayor de lo esperable de
estudios como TAC abdominopélvica. Se observan también algunas diferencias por
países, como mayor frecuencia de serología para EC en Argentina y Chile,
probablemente por la alta prevalencia de dicha enfermedad en estos países, y
calprotectina fecal en Chile. Consideramos que sería de utilidad conocer la
forma en la que los gastroenterólogos generales, internistas y médicos generales
estudian esta entidad, y establecer guías prácticas para el diagnóstico del SII
en la clínica.
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