PDF | DOI: 10.46613/congastro2024-003
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Allyson Cid Alcayaga1, Juan Pablo Roblero Cum2, Daniela Simian Marín2,
Francisco Silva Ojeda2, Pamela Gil Galleguillos1, Josefa Fonck Rojas1,
Delfina Pradelli Mancino1, Rocío Jofré Zubicueta1
1Universidad de Chile, 2Hospital Clínico Universidad de Chile.
Introducción: Las infecciones son una causa frecuente de
descompensación de pacientes con cirrosis hepática (CH). Es importante conocer
la microbiología local para la elección correcta de antibióticos y obtener
buenos resultados clínicos. Objetivo: Evaluar la microbiología de las
infecciones en los pacientes con cirrosis que han sido hospitalizados en nuestro
hospital entre los años 2015 al 2022. Método: Estudio retrospectivo,
observacional y analítico en pacientes con CH que se hospitalizaron por
cualquier causa entre los años 2015 al 2022. Se revisaron los cultivos positivos
en pacientes con CH (1036 en total), seleccionando los hemocultivos, cultivos de
líquido ascítico y otros (secreción bronquial, dispositivos, líquido pleural).
Se excluyeron los urocultivos, los que no correspondían a episodios de infección
y los por contaminación. Se analizaron las características clínicas de los
pacientes en cada episodio, además de las resistencias a antimicrobianos de cada
organismo. Se utilizó el programa STATA 13.0 para análisis de datos con
significancia < 0.05. Resultados: Se incluyeron 494 episodios de cultivos
positivos correspondientes a 187 pacientes con CH; edad mediana de 61 años
(20-81), 62% sexo masculino. En el 41% de los episodios el paciente estaba
inmunosuprimido y un 47% con antibiótico profiláctico. Un 40% correspondieron a
hemocultivos, 20% líquido ascítico y 40% otros tipos de cultivos. Los
microorganismos aislados más frecuente fueron enterobacterias y bacterias Gram
positivas. Se evaluó resistencia a betalactamasa de espectro extendido,
vancomicina y carbapenémicas, siendo la más frecuente la resistencia a
Vancomicina. El uso de inmunosupresión se asoció significativamente a
resistencia antibiótica (56% vs 25%; p=0.001), no así el uso previo de
antibióticos profilácticos (40% en ambos grupos). Conclusión: Los resultados nos
permiten pensar en terapias empíricas para nuestros pacientes, además de hacer
un uso racional de antibióticos.