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Guías clínicas 215 Guía AUGE MINSAL Virus Hepatitis C - A. Soza R. et al. celular y necesidad de trasplante hepático. El virus de la hepatitis C es responsable del 27% de los casos de cirrosis hepática y del 25% de los casos de carcinoma hepatocelular en el mundo3, representando una considerable carga social y económica. Las enfermedades hepáticas en Chile determinan una proporción importante de la mortalidad general. Particularmente las tasas de mortalidad por cirrosis en nuestro medio son unas de las más altas del mundo. Es importante señalar además, que esta mortalidad es proporcionalmente mayor al tomar el grupo de personas en edades entre 45 y 59 años. Una proporción importante de los casos de cirrosis son causados por la infección crónica por virus de la hepatitis C4. La principal ruta de transmisión del virus de la hepatitis C es la vía parenteral, siendo sus principales factores de riesgo la exposición a productos derivados de la sangre antes de la adopción del tamizaje obligatorio en bancos de sangre (En Chile se implementó el 1 de enero de 1996) y el uso de drogas inyectables. Otros factores de riesgo incluyen la exposición a procedimientos médicos (inyecciones, diálisis, etc.) y en una proporción menor la vía sexual y tatuajes. En nuestro país el factor de riesgo más frecuente es el antecedente de transfusión de productos sanguíneos, representando aproximadamente la mitad de los casos. El 41% de los pacientes en nuestro medio no refiere ninguno de los factores de riesgo antes mencionados5, lo que se explica probablemente por transmisión a través del uso de medicamentos inyectables en el período previo a la adopción generalizada de las precauciones universales y de material de inyección desechable. En estudios basados en donantes de banco de sangre (1996 y 1998 respectivamente), la prevalencia confirmada de anticuerpos anti-VHC es cercana al 0,3%6,7. De acuerdo a datos de la Comisión de Sangre y Tejidos, de un total de 186.258 donaciones realizadas el año 2007 en nuestro país, 614 muestras fueron doblemente positivas (0,3%). Es importante recordar que los donantes voluntarios de sangre son una población altamente seleccionada, ya que se excluyen todas las personas que tengan algún tipo de factor de riesgo para enfermedades de transmisión parenteral. En países con datos epidemiológicos completos se ha comprobado que la prevalencia de VHC es 3 a 6 veces mayor en la población general que en los donantes voluntarios de sangre, por lo que es necesario recurrir a estudios de prevalencia realizados en muestras de pacientes representativos de la población general. En Chile, la hepatitis C es considerada de baja endemicidad. Los datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) del año 2003 arrojan una prevalencia para VHC de 0,12% (IC 95%: 0,00-0,24%) en la población Gastroenterol. latinoam 2015; Vol 26, Nº 4: 214-247 general (muestra de 2.991 sujetos)8, en cambio la ENS 2009-2010 (muestra de 5.000 sujetos) revela una prevalencia de anticuerpos confirmados por el ISP de 0,01%9,*. Además, se observa una tendencia al aumento de la prevalencia con la edad, de una tendencia a acumulación de los casos en población urbana. Un estudio poblacional de prevalencia de anticuerpos contra VHC (ELISA de tercera generación) en una muestra representativa de la comuna de la Florida en la Región Metropolitana (959 personas) arrojó una seroprevalencia de 1,15% (IC 95%: 0,48-1,92%)10. La confirmación por RIBA demostró una positividad de 0,83% y de este total, 62,5% era virémico. En forma adicional este estudio permitió establecer una incidencia de la infección de 15 por 100.000 sujetos por año en el período 1993-2000. Asimismo, en un segundo grupo estudiado en la misma investigación, constituido por una población mapuche de la Isla Huapi no se encontraron casos de serología positiva para VHC, lo que muestra que la infección no está distribuida homogéneamente en toda la población chilena. La diferentes formas de expresar la prevalencia de infección por VHC (seroprevalencia por ELISA o casos confirmados por RIBA), limitaciones metodológicas y diferencias entre las poblaciones estudiadas, hacen que en la actualidad sólo se pueda tener estimaciones de la real carga de enfermedad. Por otra parte, la infección crónica por hepatitis C es la causa más frecuente de trasplante hepático en adultos en nuestro país. Aproximadamente uno de cada cinco pacientes que acceden a esta terapia de alto costo, están infectados por VHC en las series más importantes de trasplante hepático en Chile4,11-13. Se estima que la acumulación de casos susceptibles (infección de más de 2 décadas de duración) continuará en aumento en los próximos 10 a 20 años. Convencionalmente se define como infección crónica la presencia de ARN viral en sangre por más de 6 meses desde la infección. La enfermedad se caracteriza luego por producir inflamación hepática que es asintomática en casi todos los pacientes. Este período silencioso es de duración variable; puede durar entre 15 y 30 años. La inflamación crónica del hígado puede llevar a la fibrosis hepática y finalmente al desarrollo de cirrosis hepática, con las consecuencias clínicas propias de esta condición: Hemorragia por várices esofágicas, encefalopatía hepática, ascitis, necesidad de trasplante hepático y muerte por insuficiencia hepática entre otras. De acuerdo a los registros del Instituto de Salud Pública, de un total de 627 pacientes trasplantados, 84 (13,4%) de ellos tienen el diagnóstico de hepatitis C. Otra importante complicación de la cirro- *Las prevalencias de la ENS están expresadas por los casos confirmados por RIBA (no se entrega la seroprevalencia por ELISA).


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