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Guías Clínicas 48 plicaciones mayores. Sin embargo, el taponamiento con balón logra detener la hemorragia por lo menos temporalmente en la mayoría de los casos, y puede ser utilizado en regiones del mundo donde no se disponga fácilmente de EGD y TIPS. Puede ayudar a estabilizar al paciente para ganar tiempo y acceder a EGD y/o TIPS más adelante. 8.1. Práctica clínica (Figura 4a-e) • β-bloqueantes no cardioselectivos (propranolol o nadolol), comenzando a dosis bajas; si es necesario, se puede aumentar la dosis paso a paso hasta lograr una reducción de la frecuencia cardíaca en reposo de 25%, pero no inferior a 55 latidos/min. • En comparación con los β-bloqueantes, la ligadura endoscópica de las varices redujo los episodios de sangrado y los eventos severos adversos de manera signifi cativa, pero no tuvo efecto sobre la tasa de mortalidad. La hemorragia aguda de las várices a menudo se acompaña de infección bacteriana debido a translocación intestinal y trastornos de la motilidad. La antibióticoterapia profi láctica ha demostrado aumentar la tasa de sobrevida. Tabla 8. Terapia endoscópica Terapias locales • Escleroterapia o ligadura endoscópica de las várices (EVL) • No tiene efecto sobre el fl ujo o la resistencia porta Terapia de derivación • Quirúrgica o radiológica (derivación portosistémica intrahepática transyugular, TIPS) • Reduce la presión porta los pacientes. La ligadura endoscópica con banda es una escleroterapia efi caz, pero se acompaña de menos efectos colaterales. Sin embargo, esta técnica puede ser más difícil de aplicar que la escleroterapia en los pacientes con sangrado activo severo. La derivación portosistémica intrahepática transyugular (TIPS) es una buena alternativa cuando fracasan el tratamiento endoscópico y la farmacoterapia. El uso de taponamiento con balón está disminuyendo ya que existe un alto riesgo de resangrado después de desinfl ar el balón y hay un riesgo de com- GUÍA PRÁCTICA DE LA OMGE: VÁRICES ESOFÁGICAS - P. Dite et al. Figura 4. El abordaje en los pacientes con cirrosis y en los diferentes estadíos de las várices/hemorragia. Sin várices Los -bloqueantes no evitan las várices Repetir EGD en 3 años EGD inmediatamente si aparece descompensación hepática Figura 4a. Pacientes con cirrosis pero sin várices. EGD: esofagogastroduodenoscopia. -bloqueantes no selectivos para evitar la primera hemorragia varicosa Aumento del riesgo de hemorragia: Child B/C o presencia de marcas rojas No hay aumento de riesgos Se pueden utilizar -bloqueantes ‒no se han establecido sus beneficios a largo plazo No está recibiendo β-bloqueantes Repetir EGD en 2 años En caso de descompensación hepática EGD inmediatamente; repetir anualmente Pacientes que reciben β-bloqueantes No es necesario hacer EGD de seguimiento Figura 4b. Pacientes con cirrosis y várices pequeñas, pero sin hemorragia. Como muchos pacientes no responden al tratamiento con -bloqueantes o a la profilaxis del sangrado, se recomienda repetir la EGD después de 2 años (igual que para los que no reciben -bloqueantes). Gastroenterol. latinoam 2011; Vol 22, Nº 1: 42-52


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