Enfermedad Inflamatoria Intestinal en pediatría

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Gastroenterol. latinoam 2007; Vol 18, Nº 3: 299-307
Autores:

 Paul R. Harris D.

INFLAMMATORY BOWEL DISEASE IN PEDIATRICS

AbstractResumen

Inflammatory bowel disease (IBD) in children shares some similarities with the disease in adults. However, there are at least 5 distinctive elements in pediatrics IBD: age of onset, emotional impact, nutritional damage, clinical manifestation and therapeutic approach. Twenty five per cent of all Crohn´s disease (CD) cases and 20% of all Ulcerative Colitis (UC) cases make their onset in the first two decades of life without gender differences. There was a modest increment in CD incidence in Europe and USA in the last 10 years with minimal changes in UC incidence. The child with IBD should be considered also an index case for epidemiological purposes. The emotional impact must be considered as part of the integral therapy, especially in teenagers. Nutritional damage and failure to thrive with multifactorial causes, plays a key role in pediatric IBD as a clinical marker as well as a sequel of insufficient therapy or delay diagnosis. Near 5-10% of children with UC and 15-40% of children with CD have some evidence of nutritional damage. The diagnosis of IBD rests on 5 elements: clinical, laboratory, imaging, endoscopy and histological findings. In addition to digestive and non digestive manifestations, osteopenia as well as failure to thrive should be considered. The main goals of therapy are symptomatic control, nutritional support, and psychological rehabilitation. Therapy includes Nutrition, pharmacological strategies and surgical procedures when needed. In conclusion, IBD is increasing and a high clinical suspicious is needed to referred the patient to appropriate facilities and initiate individualized work up and treatment.

Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) en niños comparten los elementos centrales de las mismas con los pacientes adultos, pero existen 5 aspectos básicos y diferenciadores propios de la pediatría, esto es: la edad de presentación, el impacto emocional, el impacto nutricional, las manifestaciones clínicas y la aproximación terapéutica. El 25% de los casos de Colitis Ulcerosa (CU) y el 20% de los de Enfermedad de Crohn (EC) respectivamente se presentan en las primeras dos décadas de vida, sin diferencia por sexo. Hay un modesto aumento de EC en niños en Europa y Norteamérica en los últimos 10 años con mínimos cambios en la incidencia de CU. El niño con EII debe ser considerado también como caso índice. El impacto emocional de las EII debe ser considerado como parte integral del tratamiento, especialmente en adolescentes. El retraso del crecimiento, de origen multifactorial, es el elemento central de las EII en pediatría constituyendo tanto un marcador clínico fundamental como una secuela del diagnóstico y/o tratamiento subóptimo. Aproximadamente el 5-10% de los niños con CU y el 15-40% de los niños con EC tienen alguna evidencia de daño nutricional. El diagnóstico descansa sobre 5 pilares: diagnóstico clínico, laboratorio, radiología, endoscopía e histología. En niños y adolescentes las manifestaciones clínicas prominentes, tanto digestivas como extradigestivas se acompañan de 2 elementos adicionales: deterioro en el crecimiento y osteopenia. Los objetivos centrales de la terapia son tres: control de síntomas digestivos y extradigestivos, soporte nutricional y soporte emocional padres y niños, para lo cual se considera un tratamiento centrado en Terapia Nutricional, Farmacológica y Quirúrgica. Conclusión: Las EII en pediatría parecieran ir en aumento, es necesario tener una alta sospecha clínica, una derivación precoz al especialista, con búsqueda intensiva del diagnóstico y tratamiento individualizado a cada niño y su realidad.


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